viernes, 10 de abril de 2009

Patrimonio Expoliado



En un reportaje publicado en El País he podido leer que el 95 % del patrimonio cultural africano está fuera del continente, después de ser robado, expoliado o, algunas veces, comprado por las grandes potencias coloniales.
Desconocía los datos exactos, pero en los dos últimos viajes que he realizado, a París y a Berlín, he podido comprobar que, en efecto, gran parte de las obras artísticas que se exhiben en sus museos son producto del expolio llevado a cabo por las potencias coloniales, especialmente, en África y Asia.
Al caminar por las salas del Museo del Louvre dedicadas a Egipto y Mesopotamia, a la belleza y al valor cultural e histórico de las piezas que allí se mostraban, se antepuso mi indignación por la certeza de que todo aquello (obras egipcias, mesopotámicas, asirias…) había sido robado. Y no hablar del patrimonio que se encuentra en Londres, en el British Museum como el friso del Partenón, cuya foto podeis ver a la derecha del artículo. En Berlín también tenemos un ejemplo que ha aparecido hace poco en la prensa debido a un estudio sobre la pieza en cuestión en sus capas más inferiores. Me refiero a una de las obras más famosas del Periodo de Tell-el Amarna, el busto de Nefertiti.
Me consta que los países de origen de muchas de estas piezas han reclamado su devolución. Las obras expoliadas a los países más pobres deben ser devueltas, porque, de lo contrario, a la humillación que sufrieron en la época colonial, habrá que sumar otra: la de privarles de su legítimo patrimonio cultural. Pese a quién pese.
Ejemplos de restitución los hay, como el obelisco de Aksum robado por las tropas fascistas italianas a Etiopía, en 1937, o las más de 300 piezas arqueológicas de Machu Picchu, restituidas por la universidad norteamericana de Yale a Perú, su legítimo dueño, después de haberle sido arrebatadas, a principios del siglo pasado.
No obstante, el problema de las devoluciones –como se dice en el reportaje de El País- no se podrá resolver hasta que los países de origen garanticen que pueden conservar su patrimonio y no sucedan casos como el de la destrucción de los Budas gigantes de Afganistán, hace 8 años.


Fuentes: El País (6-4-2009) y la experiencia propia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buen artículo maestro